2/14/2014 2 Comentarios Madrid ya tiene a BonitoMuchos sabéis que suelo viajar a Madrid, y más desde que nació la editorial, ya sea porque la imprenta con la que hemos trabajado es Artes Gráficas Palermo, o porque parte del equipo de Bonito vive allí. La verdad es que también he ido mucho para formarme en talleres de arte, de encuadernación... A parte de trabajar la ilustración, la imagen fija, también me gusta el movimiento. Si algo me hizo hacer la rama de audiovisuales en la carrera de Bellas Artes fue el querer dar vida a mis dibujos. Por eso llevo años trabajando también el video y la animación. Por eso a parte de dar talleres de dibujo y pintura, he impartido cursos de animación analógica, y uno de los últimos lugares donde lo he hecho es en un rincón precioso de Malasaña: La Antigua.
Después de ese finde intensivo tengo muy buena relación con quien riega las flores de ese lugar. hace un par de fines de semana, volví a Madrid a recoger la última tanda de libros que quedaban en el almacén de la imprenta, y aproveché a parte de visitar a mi fotógrafa favorita, para llevarle los libros a Silvia Calles, dibujante, diseñadora de ropa y maravillosa alumna del curso. http://silviacalles.blogspot.com.es Tiene muchísimo talento, pero a parte de eso, una dulzura que contagia. Puso mis cuentos en el escaparate más bonito de Madrid. y días después una alumna de Caligrafía Bilbao, se los encontró allí y corriendo le mandó las fotos a Bego. se llama Mara Montiel y le mando un besazo. y este es el motivo de este post: YA SE PUEDEN COMPRAR MIS CUENTOS EN MADRID. Concretamente en "LA ANTIGUA" en Corredera Baja de San Pablo 45, en Malasaña. Silvia me contó que también escribe cosas a veces. Nacho también escribe cosas a veces. desde aquí hago un llamamiento para que todos los que escribís cosas a veces me las enviéis. Soy la mejor guardadora de secretos, y con la cabeza que tengo haré, incluso, olvidaré haberlo leído, aunque os dé una palmadita y os susurre algo sobre ello en algún momento en el que nadie nos oiga. Y eso, no fue lo único maravilloso del fin de semana. Hay una tienda muy especial en la Calle La Palma, también en el barrio de Malasaña. Se llama Palmapapel, y tiene miles de tipos de papel distintos, italianos, estampados, con incrustaciones, caseros... un auténtico paraíso de materiales para quienes trabajamos el collage... Al entrar, te das de frente con baldas esctrechísimas repletas de diferentes pliegos de papel, detrás, te encuentras con ella, tiene el pelo castaño oscuro y te preguntará si te puede ayudar en algo, suele dar conversación para saber qué vas a hacer con sus papeles. Cristina, que así se llama la chica de la papelería más bonita de Madrid, me lleva vendiendo papel varios años, pero ella no se acordaba. Entré en la tienda, con la cabeza llena de ideas, esta vez quería colores, pues el próximo cuento que publique Bonito Editorial, estará lleno de color. Había un chico con una bici aparcada justo delante al pliego de papel que yo estaba tocando, y se acercó y me preguntó que si la retiraba, yo le dije que no, que tranquilo, y él siguió hablando con Cristina, le decía: es que tus papeles son preciosos pero cuestan mucho... y ella le respondía: pero qué va a costar mucho, la relación calidad precio es estupenda... y yo, que una vez ya mantenida una conversación veloz hacía dos segundos con ese chico, no tuve reparo, alcé la voz para decir: las cosas de calidad tienen que tener un precio mayor que las de menor calidad, así es como la gente valora las cosas... yo estoy haciendo unos libros que no son económicos, porque he querido que tuviesen unos papeles especiales y unos acabados cuidados y yo he sido la primera en pagar más dinero por hacerlos así... el chico me dijo: ah, haces libros? y yo: sí... y él: y dónde se pueden ver? y yo... que venía justamente de dejarle los libros a Silvia en La Antigua, me saqué los cuentos del bolso, y los abrieron a la vez... ella y él. Él se quedó trabado en la historia de mi pez bueno. Ella en seguida me habló de los tipos de papel de los cuentos, y de repente, al pasar una de las páginas de Calabazas dijo: pero si este papel es mío! Qué tonta fui, de no haberme dado cuenta antes: Calabazas está lleno de trocitos de papel que le he ido comprando estos años... le conté que sí, que había papeles suyos, de más lugares, y también de otra tienda muy especial de Bilbao que se llama Arnaga donde María me ayudó a escoger unos papeles exquisitos llenos de fibras vegetales para mis Calabazas. María es amiga de Cristina, la cual al saber que María también era amiga mía se puso contentísima. Ella quería el cuento de Calabazas, y yo quería papel, y acabamos haciendo un trueque maravilloso. Ninguna de las dos queríamos que la otra nos diese dinero, y ajustando ajustando, acabé cambiándole los dos cuentos por su valor en papel. Y me volví con una carpeta de cartonaje maravillosa, otra más pequeña, y un rollo con decenas de pliegos de papel distintos. No os imagináis con qué sonrisa gigantesca llegué a casa de Sara, cargada de papel y de amor del bueno. Por estas pequeñas cosas estoy tan contenta de haber sacado adelante esta editorial tan diminuta.
2 Comentarios
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bonito editorialy nuestras cosas bonitas. cosas dichas
Abril 2015
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